En los centros, las personas en situación de calle tienen la posibilidad de bañarse y lavar su ropa, además de espacios con talleres, juegos y películas.
Los hogares comunitarios de puertas abiertas son centros que reciben a población de calle previo a que sean trasladados a refugios, con equipos interdisciplinarios del Ministerio de Desarrollo (Mides) que buscan atender sus necesidades.
El periodista Diego Martini, en su espacio Desde Adentro para Nada que Perder se trasladó hasta el centro de puertas abiertas que está ubicado en la calle Joaquín Requena y dialogó con su coordinadora, Estefanía Schiavone, quien explicó que estos espacios funcionan a partir de las 18:00 horas y cuentan con equipos técnicos que recorren el territorio.
“Los equipos salen a la calle, contactan a las personas sin hogar y las invitan a pasar por el centro”, detalló la coordinadora. Asimismo, contó que es un espacio de "escucha y atención" y que está pensado para recibir entre 50 y 60 personas.
El equipo está compuesto por agentes territoriales y técnicos sociales, sumado a la dupla que recorre las calles de Montevideo, que son quienes se acercan a las personas en situación de calle y se ponen a su disposición.
En el centro, según contó Schiavone, las personas en situación de calle tienen la posibilidad de bañarse y lavar su ropa, espacios con talleres, juegos y películas. Además, hay una dupla de atención al consumo de la Junta Nacional de Drogas, que realiza un acompañamiento a las personas con consumo problemático.
“Muchas veces se logra un intercambio entre los usuarios que después coinciden en los centros del Mides, lo que les da seguridad porque van con gente que ya conocen y han compartido. Esa es la fortaleza de este proyecto. Antes había que esperar en la puerta de un refugio y hacer cola para el cupo y esto es bien recibido por los usuarios”, especificó la coordinadora.
Schiavone aclaró que, en un principio, las personas en situación de calle tienen “resistencia” a acudir a los refugios y a veces recurren al centro, permanecen un rato y después se van a la calle de nuevo a pasar la noche, pero más adelante logran solicitar un lugar adonde ir. “Lo importante es que generen comunidad y redes, que es lo que hay que construir en esta población”, reflexionó.
Los centros cuentan con transporte, lo que posibilita que todos aquellos que pidan cupos en refugios del Mides, son trasladados por un ómnibus que los lleva a la puerta del que se les asignó.